Cómo casi nunca me acuerdo de nada, me resulta fácil olvidar. Olvido rápido, sin gran esfuerzo. Puedo olvidar semanas en un par de minutos si me concentro y pienso muy muy fuerte. Así es cómo consigo querer a ratos. Así es cómo conseguía dormirme llorando y levantarme a saltos.
Qué raro esto de la memoria.. y qué bonito.Olvidar tambien es triste. Pero yo sigo pensando fuerte, y entonces trato de no recordar nunca. Así cada mañana de tu vida se convierte en la primera. La primera vez que sonríes, la primera vez que te encuentras con él, el primer abrazo, el primer madrugón.. Y siempre es mucho más bonito empezar de cero.
Pero a mi hace mucho tiempo que no me apetece olvidar, y tengo miedo.
¿Y si no cerré bien aquella puerta? Mi madre siempre me ha dicho, que no cerrar bien las puertas da mala suerte y que solo se cierran solas si uno está seguro de si mismo, de que nada queda tras ella.
Quizás, solo quizás, deba ponerle candado.
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