no tears.

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Llovía a cántaros. El agua borraba de las calles todas aquellas pisadas dadas por la gente, aquellos errores que quedaron impregnados por la ciudad, esa diversión acumulada en aquellas noches vagando por ahí... Todo, aclarado y pasado por agua.

Aún me parecía extraño que te quedaras debajo de la lluvia todo ese tiempo. Nosotros somos personas y la lluvia no aclara ideas, solo empapa, espero que te hayas dado cuenta.

Te juro que esas dudas que se te pasan a veces por la cabeza, me destrozan, me hacen sentirme pequeña al lado de ellas, al lado tuyo, a lado de... todo. Y sí amor, te prometí que ya nada de esto me afecta, y es verdad, pero la inseguridad me asusta.. y es que soy así de minúscula ante ella.
Yo te quiero siempre. Por cada paso que das y cada palabra que dices, cada cosa que hablas y cada mirada tuya de esas que no entiendo una pizca. Y el vértigo que me da cuando das un paso lejos de mí, un paso mal dado y quererte demasiado, pero demasiado... Eso es lo malo de quererte.

Llorar por amor, y esas cosas cursis que lo justifican todo, son bonitas.
 Amos sin límites, lo de siempre, lo nuestro, porque nunca hemos tenido límites. Amor que se muere por comerse una tarde de domingo lluvioso en cualquier edificio desconocido, amor del bueno que va y viene, sube y baja. Porque el amor del bueno crece, por lo fácil que el amor crece contigo. Amor. Amor que se irá complicando, amor que a veces cuesta, amor que no se cansa, pero amor.